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Comunicado a la opinión pública

Desde la CDIA, expresamos nuestra solidaridad con la familia y allegados de María Fernanda y exigimos justicia. La impunidad no puede ser bajo ninguna circunstancia, la respuesta.

No es normal que adolescentes sean agredidas o víctimas de feminicidios; que no haya educación sexual integral en los colegios ni que las personas adultas no sepan escuchar, acompañar, orientar a las niñas, niños y adolescentes; que no existan servicios de salud sexual y reproductiva ni servicios de salud mental al alcance de ellas y ellos.

No es normal que niñas, niños y adolescentes empiecen a delinquir, que vivan en las calles, ni que sufran violencia o abuso sexual. No deberían normalizarse las relaciones de personas adultas con adolescentes ni las uniones tempranas, tanta pobreza y desigualdad; tampoco, que el Estado no invierta en lo que realmente tiene que aumentar su inversión como en: educación, salud y trabajo.

No es normal nada eso, pero lamentablemente empieza a serlo, cuando ocurre todos los días. El aumento de los feminicidios; de embarazos de niñas y adolescentes, de infecciones de transmisión sexual en edades tempranas, de denuncias de violencias entre pares, de abusos sexuales e intrafamiliar, entre otras situaciones, es una gran llamada de atención que el Estado ya no puede abordar segmentariamente. Las políticas de prevención no están siendo efectivas. Es necesario mirar las causas, entender dónde y cómo se van originando las situaciones de violencia para plantear acciones y soluciones reales, y no actuar todo el tiempo sobre lamentos.

El sistema de justicia también debe actuar con celeridad y transparencia. Las políticas preventivas no funcionan y son inadecuadas, los programas de protección son débiles, la justicia no responde adecuadamente, lo que favorece una sociedad desorientada, desesperanzada y desamparada, profundizando cada vez más las violencias, el individualismo y la frustración social.

Exhortamos al Estado en todos sus niveles, que refuerce la prevención y protección de todas las niñas, niños y adolescentes del país, con propuestas que no sean populistas, sino realmente garantizadoras de una vida digna y feliz.